Alrededor del mundo se estuvo celebrando a las mamás por aguantarnos, consentirnos, cuidarnos y sobretodo por amarnos incondicionalmente. La verdad no sé como nuestras mamás tienen tanta paciencia con nosotros. Parece que sin importar cuantas veces les fallemos, ellas siempre están dispuestas a perdonarnos y recibirnos con los brazos abiertos. Ellas son un gran regalo que Dios nos permite disfrutar día con día y aún así no las valoramos como se lo merecen.
Siempre he tenido problemas con las fechas tan importantes como San Valentín, Navidad, Día del Padre y Día de la Madre. Es como si todo el año ignoramos que estas personas existen y merecen ser celebradas hasta ese día estipulado como celebración oficial. Hasta ese esperado día conseguimos regalos, cartas, sorpresas y detalles que sabemos robarán el corazón de esa persona. Pero ojo, solo por ese día. Mañana ya es otro día común y corriente y hay que seguir adelante.
No comprendo porque la mayoría de personas se enfoca en compartir el amor que tiene por su madre hasta el 10 de mayo. Tampoco entiendo cual es la necesidad de hacer una publicación en redes sociales solo ese día ¿Acaso mamá no ha hecho lo suficiente como para que la celebremos más que solo un día al año? Tampoco estoy hablando de tener fiesta todos los días, pero con estos pequeños detalles podemos celebrar a mamá a diario.
1. ¡Te amo!
Hay mil maneras de decir te amo, pero ¿sabes cuál es la más efectiva y fácil de hacer? Tan solo mirarla sinceramente a los ojos y decirle: ¡Te amo! Muchas veces damos por sentado que nuestra mamá sabe que la queremos, es algo natural, pero ella también necesita escuchar que pasa en nuestra mente y corazón. No es tan difícil, podes comenzar con algo pequeño como decirle te quiero al despedirte para ir a la universidad, antes que se vaya al trabajo o incluso antes de dormir.
2. Cuando te regañe, no le respondás pesado.
Es cierto que las mamás no andan repartiendo amor y sonrisas todos los días. A veces tienen un humor que ni sabes porque anda así. No te lo tomés personal, no siempre sos el culpable de ese enojo. Pero incluso si lo sos, es más sabio no responderle con el mismo trato. Por más que te cueste es tu mamá y la tenés que respetar. Mordete la lengua, contá hasta 1,000, pensá en cualquier otra cosa mientras te regaña, respira profundo y volvé a contar hasta 1,000 si es necesario. No sabes lo mucho que te va a ayudar no levantarle la voz a tu mamá aunque te estés muriendo por decir algo. Al final si tenés la razón, dejá que se le pase la ira y vas calmadamente a decirle lo que pensas. Te vas a evitar muchos problemas con esto.
3. Habla con ella a diario.
Aunque no tengas la mejor relación con tus padres siempre es bueno tomar la iniciativa y pasar un tiempo con ellos. Nos guste o no ellos ya pasaron por nuestra edad y puede que tengan algún consejo para la situación en la que estamos. Pasar al menos 15 minutos en familia al día puede hacer una gran diferencia en la relación con nuestros padres. Si te es difícil podes comenzar por comer con ellos y hablar un poco acerca de tu día mientras cenan o almuerzan. Luego puede que sea un tema que les interese a ambos y pasen mucho tiempo más juntos.
4. Dale un regalo más seguido.
Un regalo no significa que tenés que gastar todos tus ahorros en una cartera, una blusa o algún accesorio que le gustó la última vez que fueron de compras. No, un regalo puede ser desde un detalle muy sencillo como una nota hasta invitarla a comer o un regalo material. Podes empezar con escribirle algo bonito, prepararle el café, o cualquier idea que sabes que tu mamá va a apreciar mucho. Algo pequeño pero hecho con todo el corazón seguro que le va a sacar una sonrisa a tu mamá.
5. Ora por ella
A veces estamos tan metidos en los quehaceres del día que cuando oramos solo lo hacemos por las peticiones más importantes que hemos escuchado en el día o la semana y nos olvidamos de orar por los más cercanos a nosotros. La familia. Podes dedicar al menos un día de la semana para orar por cada uno de los miembros de tu familia. Nuestros padres casi nunca nos dicen sus problemas para no preocuparnos y por esa razón es que debemos orar más seguido por ellos. Solo ellos saben qué está pasando en sus mentes y no les caería nada mal que los apoyemos en oración.